Perses: El Destructor de la Antigua Grecia

El Origen de Perses
Perses, un dios titán de segunda generación, es el dios de la destrucción. Representa la devastación y el desorden que pueden surgir de la guerra, describiendo la aniquilación de la tierra y las vidas en el proceso.
El Matrimonio y los Hijos de Perses
Perses se casó con Asteria, una diosa titán nacida de Coeus (Polus) y Phoebe. Ella era una habitante inmortal del Olimpo y una diosa oscura de la nigromancia.
La unión de la diosa de la nigromancia y el dios de la destrucción resultó en una poderosa hija. La pareja dio a luz a Hécate, la diosa griega de la magia, los espectros, la brujería y más.
La Confusión con el Rey Perses
El dios titán Perses a menudo se confunde con el rey Perses de Cólquida. Debido a que no hay mucha información sobre el titán, algunos elementos de las historias de las figuras se superponen.
El rey Perses es una figura menor en la mitología griega. Es hijo de Helios y Perseis, una oceánide. Helios y Perseis dieron a luz a varios hijos, lo que convierte a Perses en el hermano de Aeetes, Circe y Pasifae.
El Legado de Perses
El titán Perses no tiene mucha importancia en la mitología griega, pero es importante para la historia y la tradición anteriores de la antigua religión. Perses fue uno de los primeros dioses de la guerra que existió. Como titán de segunda generación, es una deidad temprana que existió mucho antes del levantamiento de los olímpicos.
Ayudó a los antiguos griegos a crear un camino de destrucción durante la guerra antes de que Ares o Atenea entraran en acción. Exhibe la naturaleza primaria de los guerreros y un deseo interminable de sangre. El dios también representaba los poderes de la guerra, para bien o para mal. Incluso a raíz de una aniquilación masiva, el fin de los conflictos trajo un período de paz que los antiguos griegos siempre anhelaron.