Priapus: El dios griego de la fertilidad, los jardines y el ganado
Origen de Priapus
El origen de Priapus es incierto y varía según los mitos. En algunas historias, es hijo de Afrodita, la diosa del amor, y Dionisio, el dios del vino y la fertilidad. En otras, es hijo de Dionisio y Chione, una diosa menor. En otros relatos, su padre es Hermes, Pan o incluso Zeus.
En las historias en las que Priapus es hijo de Afrodita, la diosa Hera lo maldice en el útero. La maldición lo convierte en un ser impotente, feo, mezquino y de mal genio. Hera lo maldice como venganza por el hecho de que París eligió a Afrodita como la más bella de entre Hera, Atenea y Afrodita cuando se le preguntó quién era la más hermosa.
Tras nacer Priapus, los dioses lo arrojan del Olimpo, negándose a dejarlo vivir con ellos. Priapus es criado por pastores y crece según sus costumbres rústicas. Con el tiempo, Priapus acaba uniéndose a Pan, el dios de lo salvaje.
Mitos que involucran a Priapus
Priapus suele aparecer en historias obscenas y humorísticas, en las que a menudo es el blanco de diversas bromas y se le pone en situaciones en las que parece un tonto. Muchas de estas historias son de naturaleza obscena y se centran en los fracasos y las aventuras lascivas de Priapus.
En una historia, persigue a una ninfa llamada Lotis hasta el punto de que los dioses la transforman en una planta de loto para darle paz de la constante persecución de Priapus. Muchas otras historias se centran en los intentos de Priapus de aparearse o perseguir románticamente a varias diosas, ninfas y mortales.
Culto a Priapus
Priapus era un dios muy rural. En las grandes ciudades y pueblos, a menudo era objeto de burla y desprecio. Pero en el campo, era una deidad popular como poderoso símbolo de fertilidad y abundancia. Se creía que era un guardián del ganado y otros animales domesticados, así como el protector de los jardines y huertos.
Los marineros y pescadores también consideraban a Priapus como un dios guardián o patrón, y se creía que su presencia podía proteger del mal de ojo. Con el tiempo, Priapus se convirtió en un dios protector de los marineros mercantes, y se creía que ayudaba en la navegación y protegía contra los naufragios.
Además de su conexión con la agricultura, la pesca y la ganadería, Priapus era adorado como parte de varios cultos de fertilidad en la antigüedad. Tradicionalmente, se sacrificaban burros a Priapus, y los fieles dejaban ofrendas de frutas, verduras y otros productos agrícolas.