Caronte, el barquero del Inframundo
El guardián de las almas perdidas
Caronte es una de las figuras más reconocibles de la mitología griega. Era el barquero del Hades, un personaje enigmático que está presente en muchas historias que involucran a los dioses griegos. Contrariamente a la creencia popular, Caronte no es considerado un dios. En cambio, es una deidad del inframundo bajo los servicios del rey Hades.
El viaje a través del río Estigia
Aquellos que fallecieron tendrían que cruzar los ríos Estigia y Aqueronte para llegar al inframundo, y Caronte los llevaría en este viaje. Su tarifa por llevar a los muertos a través de los ríos al inframundo era una sola moneda, generalmente un óbolo o danake. Esta moneda se colocaba en la boca del difunto antes del entierro. Muchos mitos cuentan de héroes como Odiseo, Dionisio y Teseo que viajaron al inframundo y regresaron al mundo de los vivos en el ferry de Caronte.
El origen de Caronte
Esta deidad es el hijo de dos deidades primordiales. Las deidades primordiales fueron la primera generación de dioses y diosas. Representaban fuerzas fundamentales y fundamentos físicos del mundo. Fueron las primeras deidades en aparecer. Como resultado, los seres primordiales no fueron adorados ni se les dieron características humanas. En cambio, personificaron conceptos abstractos y simbolizaron fuerzas fundamentales.
Caronte era el hijo de Nix y Érebo. Nix era una figura sombría que actuaba como la diosa de la noche. Su padre, Érebo, era la representación de la oscuridad. Los padres de Caronte fueron uno de los primeros seres en existir, nacidos del Caos para comenzar el mundo de nuevo.
Las representaciones de Caronte
Caronte es una figura central en el arte de la Antigua Grecia. Generalmente, se le muestra como una figura premonitoria. En muchas obras de arte, está hecho a propósito para que parezca feo. Algunas de las primeras exhibiciones lo muestran como un anciano hosco y espeluznante con barba.
Por lo general, usa un sombrero cónico y una túnica. En la mayoría de las representaciones, verás a Caronte junto a su barco. El poeta romano Virgilio describió a Caronte como montado en un esquife de color óxido en la Eneida. Allí, se para sosteniendo un poste para guiarse a través de las aguas turbulentas del Estigia y Aqueronte.
En obras de arte posteriores, Caronte adquiere una apariencia aún más aterradora. Algunos artistas lo muestran como un demonio con alas, ojos ardientes y un rostro monstruoso. En Italia, era conocido como Caronte, y las obras de arte lo representaban como una bestia de piel gris. Tenía una boca con colmillos, brazos cubiertos de serpientes y sostenía un mazo.